martes, 12 de septiembre de 2017

Victoria Imperial en Loebos


El último episodio de la campaña Fate of Konor termina por los pelos ante el as en la manga que tenía el bando del Caos al convertir al planeta Loebos en un proyectil que podía acabar con el sistema. Pese a las dolorosas pérdidas el bando imperial gana una indiscutible victoria al imponerse al Caos por 4 planetas controlados por el Imperio frente a 2 controlados por el Caos. Este es el relato de la campaña final en Loebos: 

«En un asalto desesperado, casi suicida, sobre el planeta Loebos, los ejércitos del Imperium han logrado frustrar la erradicación del Sistema Konor.

Para el Imperium del Hombre, no tenía sentido reservar fuerzas de cara al asalto sobre Loebos, pues si el corrupto mundo letal mantenía su ruta implacable, apenas quedaría nada que salvar del Sistema Konor. Mientras el planeta se movía por el espacio, dejando una estela de energía warp a su paso, la Armada Imperial lanzó a todo transporte, pecio de carga y crucero de batalla disponible, todas las naves atestadas de soldados y vehículos. Aquella flota improvisada llegó hasta la órbita baja, a pesar de que la flota del Chaos que escoltaba el mundo letal destruyó a millares de sus naves haciéndolas caer a la atmósfera convertidas en una erupción de bolas de fuego.

Pese a que la primera oleada del asalto planetario fue casi completamente borrada por la artillería en tierra o por las nubes de Plague Drones, las segunda y tercera oleadas lograron aterrizar. Las tropas leales empezaban a desplegarse apresuradamente en las posiciones designadas, cuando de pronto los bosques de Loebos cobraron vida en torno a ellas: enredaderas llenas de espinas agarraron a soldados llevándoselos sin remisión, árboles con hojas que cortaban como cristales afilados empalaron a tanques y andadores, y grandes charcos de ácido devoraron a aeronaves de desembarco enteras. Aun así, los inquebrantables campeones del Adeptus Astartes siguieron adelante a través de aquel entorno mortífero, bajo el fuego enemigo y todo lo que la naturaleza salvaje y mutante lanzaba contra ellos. Al poco rato, las grandes fortalezas de la Death Guard conocidas como Trifectum Putris empezaron a derrumbarse bajo una tormenta de munición superpesada.

En el Círculo de Mehnauris, el rugiente centro del agonizante tormento del planeta, emergió un portal y por él entraron fila tras fila de ágiles guerreros y veloces tanques gravíticos. Los Aeldari habían vuelto a su fragmentado mundo, y llevaban consigo la furia de la venganza. Con espadas y cañones shuriken atacaron la contaminación que había estado corrompiendo Loebos, haciendo añicos los iconos del Chaos que cubrían la superficie y aniquilando a los seguidores de los Dioses Oscuros que encontraban a su paso. Algunas huestes de los craftworlds, llevadas por la amargura y el horror al contemplar el destino de Loebos, no dejaron escapar la ocasión de tomarse cumplida venganza contra los guerreros del Imperium, que tanto tiempo atrás habían arrasado aquel planeta antaño prístino. No obstante, su ira se reservó principalmente para los sirvientes de los Dioses Oscuros, de quienes se cobraron un sanguinario diezmo antes de volver a desvanecerse en la Telaraña.

Mientras tanto, los comandos de guerreros de élite rompían el perímetro del Chaos en el Corrupción de la Esperanza, el mayor de los pecios espaciales reconfigurados para mantener al planeta clavado en su ruta antinatural. Las tropas se adentraron en sus corredores empapados de energía del warp, enfrentándose a pesadillas y horrores indescriptibles a cada paso que dieron. A un coste terrible, lograron llegar hasta el centro de fusión del gran sistema de reactores de fusión, y allí detonaron manualmente una cabeza nuclear ciclónica. La cataclísmica explosión resultante cubrió todo el continente sur en una tormenta incandescente, dando lugar a una serie de reacciones en cadena que quebraron el núcleo de planeta. Mientras el resto de las fuerzas imperiales trataban desesperadamente de llegar a los puntos de evacuación y alcanzar la órbita alta en los transportes que aún seguían operativos, el torturado planeta Loebos empezó a descomponerse y, en una erupción de luz blanca, detonó. Grandes porciones salieron despedidas al espacio profundo en todas direcciones, destruyendo unas cuantas naves tanto imperiales como del Chaos. Sin embargo, ningún otro mundo resultó alcanzado por la devastación. La muerte de Loebos salvó al Sistema Konor de la debacle.»


campaña destino de Konor

Fuente
Miniwars

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