A continuación adaptamos un artículo del trasfondo reciente de Warhammer 40,000. La nueva era de la Humanidad que ha empezado con la partida de la Cruzada Indomitus desde Terra, un despliegue de fuerza similar a la Gran Cruzada, y de la que ha tomado el nombre para nombrar este como la Era Indomitus.
La Cruzada Indomitus
A raíz de la devastadora Decimotercera Cruzada Negra de Abaddon, la Cicatrix Maledictum se manifestó desgarrando el espacio real, azotando la galaxia con tormentas de disformidad de una furia nunca vista. Este período se conoció como la Noctis Aeterna, cuya furia desatada consumió mundos enteros y se perdieron innumerables billones de vidas. La Humanidad se encontraba bajo una seria amenaza, condenada a sufrir una lenta muerte mientras sus ejércitos eran desangrados en miles de frentes por fuerzas demoníacas, xenos y renegadas que buscaban aprovecharse del tambaleante Imperio.
Ante la monumental tarea de salvar una situación tan desesperada, hubiera sido fácil ceder a la desesperación. De hecho, si Roboute Guilliman no hubiese regresado en un momento tan crucial, el destino de la Humanidad bien podría haber sido sellado. En cambio, el Lord Comandante del Imperio planeó una despiadada consolidación militar alrededor de Terra que fue de tal magnitud que finalmente pudo lanzar una cruzada lo suficientemente poderosa como para detener aquella marea de destrucción.
Así comenzó la Cruzada Indomitus. Una serie de vastas flotas que podían subdividirse en grupos de batalla más pequeños y a su vez en fuerzas de choque más pequeñas según fuese necesario, la Cruzada Indomitus se estableció a lo largo de rutas predeterminadas de acuerdo con el diseño de Guilliman. Los activos militares disponibles para cada flota primaria se obtuvieron del espectro completo de las fuerzas armadas del Imperio. Esto incluía el Astra Militarum, los Adeptus Astartes, el Adeptus Mechanicus, los Caballeros Imperiales y las Adepta Sororitas, así como agentes y sus equipos de la Inquisición, el Officio Assassinorum, Hermanas del Silencio y Adeptus Custodes.
Una galaxia llena de horrores
Durante la Gran Cruzada, las flotas expedicionarias encontraron muchas civilizaciones humanas que, durante la Era de los Conflictos, habían permanecido intactas a pesar de su aislamiento o se habían defendido con éxito contra amenazas internas y externas pudiendo sobrevivir sin demasiados problemas. Los mundos de Caballeros Imperiales, en particular, tenían tanto la fuerza marcial como el control social para garantizar que resistieran lo peor de lo que la Vieja Noche pudiese lanzarles.
Sin embargo no fue así con la Cruzada Indomitus. Parecía que todos los mundos en los que se encontraban las flotas que avanzaban estaban acosados por todos lados por legiones de demonios potenciados por las energía desatada de la disformidad, asaltados por predatorios xenos o luchando desesperadamente contra cultos sediciosos, viles herejes o incluso las temibles Legiones Traidoras. Desde el principio estaba claro que aunque Guilliman había reunido una fuerza imperial más allá de todo lo que se había visto desde que su padre había lanzado la Gran Cruzada, cada mundo tendría que ser recuperado con uñas y dientes.
La Fundación Ultima
Otro factor crucial de la Cruzada Indomitus fue que sirvió como campo de pruebas para los recién creados Marines Espaciales Primaris de la Fundación Ultima, proporcionando a los Hijos Incontables (Unnumbered Sons, o 'Escudos Grises' como también se los conocía por su librea sin identificar), con experiencia en combate. Guilliman había elegido cuidadosamente las rutas que tomarían las flotas cruzadas para aliviar los Capítulos de Marines Espaciales más atacados, como los Cicatrices Blancas, Lobos Espaciales y Ultramarines, cuyos sistemas planetarios habían sufrido mucho a manos de los Heretic Astartes y sus aliados demoníacos, y proporcionarles de este modo refuerzos muy necesarios.
Con ese fin, cada grupo de batalla incluía una fuerza complementaria de Escudos Grises que compartían la herencia genética de los Capítulos de los Marines Espaciales, a cuyos sistema se dirigían. Pero lo más importante de este despliegue de fuerzas fue que cada Capítulo de Marines Espacial contase con los medios y materiales para crear sus propios Marines Espaciales Primaris, asegurando que el legado de la Fundación Ultima fuese efectivo y duradero.
El Lord Comandante era muy consciente de que muchos Capítulos de Marines Espaciales, especialmente los Ángeles Sangrientos, estaban atrapados más allá de la Cicatrix Maledictum, lo que los hacía increíblemente difíciles de alcanzar. Con este fin, también reunió fuerzas especiales dentro de la Cruzada Indomitus que viajarían hasta lo más profundo del Imperio Nihilus para entregar su valiosa carga de material genético Primaris. En su mayor parte, confió estas misiones a equipos compuestos por Adeptus Custodes, cuya autoridad sería reconocida como absoluta incluso para los Capítulos más secretivos y aislacionistas, como los Àngeles Oscuros y los Blood Ravens. También fueron acompañados por pequeños contingentes de Hermanas del Silencio, cuya presencia nulificadora ayudaría a sus naves a atravesar incluso las tormentas de disformidad más feroces.
La estrategia de Guilliman parecía haber funcionado, ya que un Capítulo tras otro recibían refuerzos y tecnología para producir sus propios Marines Espaciales Primaris. Sin embargo en algunos casos este hecho se limitó a algunas Compañías de batalla solitarias o fuerzas de ataque quienes recibieron estos refuerzos, pero que aún no se habían vuelto a reunir con el resto de sus respectivos capítulos.
La Era Indomitus continúa
A pesar de que la Cruzada Indomitus continúa haciendo retroceder los innumerables horrores desatados en toda la galaxia por la Cicatrix Maladictum, la lucha para estabilizar y reforzar el Imperium Sanctus aún está lejos de terminar. Con la mitad del Imperium Nihilus, todavía sin la luz guía del Astronomicón y aislado más allá de la barrera casi impenetrable de la Gran Grieta, la tarea que aún enfrentan las flotas de la Cruzada Indomitus sigue siendo monumental.
Fuente
Miniwars
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